Silvina Schmidt: Coach y consultora comercial.

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Oriunda de Cañuelas, se desempeñó como psicopedagoga y profesora en nivel terciario durante 16 años en la ciudad que la vio crecer. Siempre tuvo interés, además, por el ámbito corporativo hacia el que dio el gran salto luego de vivir algunos años en España.

¿Qué se siente cuando uno deja su país?

Se siente mucha adrenalina y mucha expectativa a la vez. En mi caso sentí que tenía que hacer mucho y rápido porque tenía 37 años cuando emigré a España. También viví la sensación de anonimato absoluto, en Cañuelas me conocían bastante pero eso no sucede cuando te mudas.

Después de los años me di cuenta que no tenía que darme tanta prisa, el tiempo me alcanzó y me siento satisfecha.

Pudiste insertarte profesionalmente en España?

No, porque si bien homologué mis títulos universitarios allí y tenía todos los papeles en regla, no era una profesión habitual la mía, al menos donde yo vivía. El fuerte eran el turismo y el comercio en general y si bien lo intenté, duró poco tiempo. Yo tenía otra idea.

¿Qué idea tenías?

Cumplir un sueño que tenía que ver con trabajar en  el mundo de las empresas en el ámbito comercial. Soy una convencida de que el destino se lo forja uno mismo así que mientras trabajaba de lo que se podía me dediqué a estudiar, me certifiqué como coach en España y poco a poco me introduje en el mundo comercial. La psicología tiene mucho que ver con la venta, así que de esa manera uní mis dos mundos, el de la psicología como estudio del comportamiento humano y el de las ventas.

¿Fue volver a empezar?

Absolutamente, a volver a estudiar algo que nunca había estudiado, a trabajar en ámbitos que jamás se me hubiera ocurrido y  a generar nuevos vínculos con personas desconocidas.

¿Qué te dejó esa experiencia de vida?

Muchísimo aprendizaje, autoconocimiento y la capacidad de ser flexible para adaptarme a nuevas situaciones. Supe lo que era capaz de hacer, me puse a prueba. Hice más amigos, conocí costumbres diferentes y entendí que la humildad es una gran aliada para incorporar nuevos conocimientos y habilidades.

Cómo fue cuando volviste a tu país?

Tenía ya 42 años y si bien hubiese podido regresar triunfal a mi actividad de origen, tenía decidido que quería continuar en el mundo de las empresas. Así que armé mi propia consultora  y me dediqué a vender mis servicios a organizaciones .Tuve y tengo la oportunidad de trabajar para grandes y medianas empresas con la satisfacción que te da la relación con las personas y los resultados obtenidos.

Tuve la oportunidad de trabajar en Argentina y otros países y así generar un capital de conocimiento  que guardo como un gran tesoro y comparto con mis clientes en pos de su desarrollo comercial.

Actualmente qué estás haciendo?

Además de seguir trabajando con mis empresas clientes  acompañada por mis colaboradores, lidero un equipo en Máximo Impacto Comercial, una empresa internacional de consultoría y coaching comercial radicada en USA con brazos ejecutivos en  LATAM.

Qué les dirías a las nuevas generaciones?

Que intenten descubrir su verdadero propósito en la vida y que luchen por conseguirlo, que nunca es tarde, porque a pesar de la edad uno puede seguir aprendiendo y construyendo.

Y que siempre recuerden… Es saludable y  hace feliz, seguir las propias pasiones.