3 de agosto: mentiras y verdades del primer viaje de Colón
Cristóbal Colón no descubrió que la tierra era redonda, ni tampoco los Reyes de España financiaron el viaje. Esta apasionante historia que todos sabemos desde la escuela primaria está llena de imperfecciones que repetimos sin pensar. Este breve texto explica y desmiente a muchos manuales, libros y películas sobre el Viaje que cambió al mundo para siempre.
Texto de opinión / Por Martín Aleandro
La “Historia” que nos cuentan en los libros es una construcción discursiva. El historiador a medida que investiga le va dando cuerpo al texto, cada documento es un punto más en el camino que se debe coordinar con el anterior y con el siguiente, como en la literatura, el relato tiene que ser dinámico y carecer de huecos temporales. En esta idea me gustaría detenerme, al nombrar la palabra “literatura” se abre un abismo entre lo real y la ficción, un abismo estrecho, donde tranquilamente se pueden mezclar para darle sentido a lo dicho.
No obstante, el trabajo del investigador debería ser serio, debería contar los sucesos históricos como realmente sucedieron sin incidir absolutamente en nada. Pero nosotros, que somos post freudianos, sabemos que la subjetividad es inevitable, y que al contar no podemos evitar plasmar nuestro pensamiento, nuestros ideales, nuestra visión del mundo.
Por un lado Las Crónicas de indias, escritura de bitácora realizada por el mismo Cristóbal Colón llamada “Diario de a bordo”, narra la aventura; como así también los textos de otros cronistas expedicionarios como Fray Bartolomé de las Casas o Bernal Díaz del Castillo que lo hace desde su óptica. Ellos cuentan este viaje comercial con destino al Oriente que cambió la historia de la humanidad, este encuentro de culturas que se chocan a mitad del Atlántico desde su punto de vista, y más que nada desde sus propias conveniencias o expectativas.
Por otro los ya nombrados historiadores e investigadores del pasado, que en sus libros le dan cuerpo a la línea de tiempo en sentido contrario, llenan los espacios para que eso que llaman “historia” tenga sentido y continuidad. También tenemos los textos enciclopédicos, los manuales escolares y las películas y series que se realizan a partir de esos relatos que se instalaron anteriormente.
El revisionismo histórico intenta, de alguna forma, echar luz sobre algunos lugares oscuros, o, contar lo ya contado sin los anteojos ideológicos de los anteriores colegas. El historiador Felipe Pigna discute, presenta argumentos sólidos para rever el pasado con un pensamiento crítico. En este texto de divulgación tomaré apunte de algunas imperfecciones en el relato hegemónico que cuenta sobre la empresa comercial de Colón.
En primer lugar desmiente la posibilidad de que Colón haya llegado a la conclusión que la tierra era redonda, Pigna plantea que desde el siglo IV a.C. los físicos griego y luego los romanos habían demostrado que la tierra era ovoide. Obviamente que este pensamiento convivía con el de los terraplenistas y toda la mitología y leyendas de marineros de aquel entonces. Colón piensa que, teniendo en cuenta que la tierra es redonda, si partimos de un punto determinado, llegaremos nuevamente al mismo punto.
En segundo lugar, los libros de historia siempre nos han dicho que los Reyes de España subsidiaron el viaje, siempre se habló de las “joyas de la corona”, pero aquí también existen datos imprecisos. En la España de 1492 era prioridad expulsar a los musulmanes de la Península Ibérica, por esta razón Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los llamados Reyes Católicos, estaban invirtiendo y atosigados con la ocupación de su territorio por los moros. Cristóbal Colón, navegante experimentado y reconocido, buscó amparo económico en la Corte de Portugal y en la inglesa sin tener ningún apoyo. Cuando los Reyes Católicos toman Granada y terminan con la reconquista, el lobista Luis de Santálgel logra la audiencia y convencer de realizar este viaje expedicionario. Colón consigue el aval de los Reyes a través de un contrato comercial llamado La capitulación de Santa Fe y el diez por ciento de las ganancias, pero no dinero en una primera instancia. Luego la reina recuerda que la ciudad de Palos en Andalucía, tiene una deuda por contrabando con la Corona, así es como les pide la trasferencia de esa deuda y que los habitantes de Palos se encarguen de financiar dos naves para el viaje. Los hermanos Pinzón y Santángel se suman como socios comerciales y proporcionan la tercera carabela. Así es como un 3 de agosto de 1492 parten del Puerto de Palos tres naves: La Pinta, La Niña y la Santa María. La tripulación estuvo formada por marinaos pagos y por presos que cambian la condena por subirse a una expedición tan incierta como temeraria.
Hasta aquí llegamos con este relato que intenta ver la historia desde otro punto de vista y desmitificar esa construcción que tan arraigada tenemos de nuestro pasado. Luego seguiremos, llegado el momento, hablando y proponiendo otra mirada sobre el encuentro de Colón con el Continente Americano.