Ayelén Rasquetti: nombrada “Mejor Legisladora” de la Provincia de Buenos Aires.
La joven diputada cañuelense recibió este viernes 12 de diciembre el reconocimiento por su labor como legisladora, es la primera diputada provincial en ser elegida con esta distinción. El senador Marcelo Feliú y la diputada Ayelén Rasquetti, representantes importantes dentro de las bancadas oficialistas de UP, fueron los elegidos en la 30º edición de los Premios Parlamentario de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires.
Por Martín Aleandro
Rasquetti inició su carrera política en su distrito, donde fue concejala y luego secretaria de Desarrollo Social, roles desde los que consolidó un fuerte vínculo con el territorio y una agenda enfocada en las necesidades cotidianas de las familias. En 2021 llegó a la Cámara de Diputados bonaerense representando a la Tercera Sección Electoral, convirtiéndose en la primera diputada mujer de Cañuelas y en la primera legisladora de su ciudad en ser reelecta.
En su labor parlamentaria se destacó por impulsar proyectos vinculados a los derechos de las mujeres, la salud con perspectiva de género —como las leyes de endometriosis y fibromialgia—, la protección del ambiente, la modernización del Estado y la ampliación del acceso a derechos.
En una interesante charla con Cañuelas Ya Ayelén Rasquetti habló sobre el presente en su labor en el parlamento, y también, recordó con nostalgia su pasado de niña que caminaba por la calle Libertad y veía todo inmenso, como inalcanzable, una Cañuelas que estaba en pleno crecimiento.
¿Qué se siente ser nombrada mejor legisladora de la Provincia de Buenos Aires por primera vez?
Siempre es lindo que se reconozca el trabajo que se hace, personalmente es un doble orgullo por ser la primer cañuelense y la primera diputada provincial en ser elegida. Tenemos el desafío de seguir trabajando, poniendo siempre en el centro a nuestros vecinos entendiendo que el cargo que ocupamos es para representarlos a ellos, en este caso llevando sus demandas a la Cámara de Diputados. Nosotros estamos 4 u 8 años en un cargo e intentamos en cada proyecto mejorarle un poquito la vida a la ciudadanía, generando nuevos derechos, como por ejemplo el proyecto de fibromialgia y endometriosis.
¿Qué te impulsó a ser una mujer dedicada a la política y a gestionar mejoras en nuestra ciudad?
Siempre me gustó discutir sobre política y hacer cosas, pero el problema es que no tenía un lugar dónde hacerlo. No tenía el espacio que me representara y pudiera cobijar mis ideas y valores. De chica me gustaba participar en las discusiones de la escuela, ser delegada, esas cosas donde mejoras la calidad de los estudiantes. Más tarde cuando empecé el profesorado en el ISFD 107 participé de la creación del centro de estudiantes, pero eso no era suficiente, necesitaba cambiar cosas más estructurales en la comunidad. En 2011 más o menos mi esposo me dijo que tenía que dejar de estar quejándome y opinando en casa y buscar ese lugar; fue así como comencé a ir a las reuniones de todos los partidos políticos de Cañuelas, pero ninguno me gustó. Ya en 2012 se empezó a formar el FR y fue ahí que la figura de Sergio Massa me llamó a participar activamente y no solo eso, nos dio lugar, nos enseñó y potenció.

El castillo, en la entrada a la ciudad de Cañuelas, representa un modelo económico que ha quedado en el tiempo, la industria láctea tan pujante en nuestra región, pero a su vez también representa la llegada a nuestro pueblo. ¿Cómo surge la idea de conservarlo como monumento y convertirlo en un edificio público?
La idea nace de algo mucho más profundo que una decisión técnica o administrativa. El Castillo en la entrada de Cañuelas, es parte de nuestra identidad. Durante décadas representó la fuerza de la industria láctea, una actividad que marcó a toda nuestra región y que fue sinónimo de trabajo, progreso y orgullo local. Y al mismo tiempo, para quienes vivimos acá, siempre es la imagen que nos da la bienvenida a casa. Cuando vengo por la ruta y veo el Castillo siento que estoy muy cerca de mi familia.
Este proyecto me da orgullo, todo este trabajo que hicimos en la Cámara de Diputados durante estos años, con la articulación de la intendenta Marisa Fassi siendo ella quien le dio el destino de transformarse en un Polo Judicial, de Seguridad y de Tránsito es volver a tener parte de nuestra historia, es recuperar parte del pasado y transformarlo en un espacio moderno, cercano y útil para la comunidad.
El Castillo va a dejar de ser un emblema abandonado para convertirse en un punto de encuentro, de presencia del Estado y de respuesta real a las necesidades de nuestras vecinas y vecinos.
El combustible constituye un insumo esencial en la economía de la provincia de Buenos Aires y a su vez del país. Lo utiliza el transporte público, el transporte privado, en la producción en la distribución, etc. Vos presentaste un proyecto para visibilizar los aumentos desmedidos y sin aviso que realiza la industria petrolera y afectan a la población entera. ¿Cómo fue el debate y qué discursos en oposición al tuyo tuviste en la cámara de diputados?
En principio, el proyecto nace por una necesidad de defender al consumidor bonaerense de los aumentos desmedidos que la industria empezó a oficializar con mayor velocidad desde que el gobierno nacional, cómplice necesario, desligó a las empresas de la obligación de informar los aumentos.
Hasta junio de este año, las empresas anunciaban las subas, y el consumidor tenía una referencia de cuánto aumentaba el precio del combustible. Después de junio, el precio del combustible empezó a subir con una velocidad tres veces mayor a la de la primera mitad del año, coincidiendo esta aceleración del precio con la nueva política de ocultar información a la sociedad.
Siento que el debate fue con los representantes de las petroleras. Antes de incluso pasar por comisiones, me reuní con la FECRA (Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina) para escuchar su posición respecto al proyecto.
Semanas después, cuando se debatió en comisión con otros diputados, no vi enfrente a representantes de los bonaerenses; sentí que, literalmente, estaba debatiendo contra los CEO de las petroleras.
Los voceros que la cúpula petrolera viene creando en la Cámara mediante lobby y presiones, como son los mal llamados diputados de LLA, el PRO o el senador testimonial, Diego Valenzuela, expresaron las mismas preocupaciones que sus jefes: los CEO de las empresas de combustible.
El primero es la idea de que anunciar los precios generaría desabastecimiento, lo cual no se condice con la realidad: durante dieciocho meses de gobierno libertario se anunciaron las subas y no hubo ni un caso de desabastecimiento. ¿Por qué habría de cambiar ahora? ¿O acaso están ocultando algo detrás de esos aumentos?
También plantearon que existiría confusión entre clientes y empleados, ya que la normativa actual exige publicar el precio actual y el proyecto obliga a anunciar precios futuros, como también aludieron que generaría una duplicación con normativas nacionales ya existentes. Ambos argumentos se caen en la medida en que el proyecto que presenté viene a tapar el huevo que dejó la normativa que ya existía hasta junio a nivel nacional y funcionaba con total normalidad.
Otro punto que plantearon fue que las empresas tienen hoy esquemas dinámicos de precios para aumentar su rentabilidad en franjas horarias y sostienen que el proyecto haría inviable este sistema, lo cual también es erróneo. YPF o la estación que sea puede tomar la decisión de vender un seis por ciento más barato el combustible por la noche con total libertad de hacer la promoción que quiera; esa no es una variación del valor del combustible en sí, sino una promoción que la estación decide hacer.
Nos comieron el coco durante años con que el precio de los combustibles tenía que estar dolarizado para estabilizarlo y que hayan reglas claras, ahora que está dolarizado modifican el precio por cualquier razón y se lo quieren ocultar a la gente. Si van a haber reglas claras, que sean claras para las empresas y el consumidor.
En la infancia atesoramos recuerdos que nos marcan para toda la vida, de alguna manera, esa experiencia vivida, forma nuestro carácter y nuestro perfil de adultos ¿Cómo era esa Cañuelas que te vio crecer de niña?
Tiene mucho que ver con quien eras vos de niña y que sabías o conocías. Nosotros de chicos vivíamos en una casilla, usábamos ropa de algún primo y no sabíamos lo que era una muñeca. Nuestra infancia era treparnos a algún árbol, jugar carreras, hacer barriletes de cañas y soñar con las cosas del mañana. Recuerdo que como no tenía muñecas cortaba figuras de las revistas y les ponía cartón atrás y esas eran mis muñecas y que la primera bici de mi hermano la trajo mi abuelo del ciruja y como era gigante tenía que subirse a un tronco para usarla y nunca podía sentarse. Ir al centro era algo muy ocasional, cada tanto caminabas por calle libertad a modo de paseo y dábamos una vuelta en la calesita que te dejaban subirte si comprabas un helado. Pero lo que recuerdo es el barrio, muy humano, las clases de catequesis en la vieja fábrica de EEUU y Salta, los chicos del don Bosco que nos visitaban en la casa del niño, los campos llenos de cañas con las que armábamos barriletes usando diarios viejos y trapos que buscábamos en lo de Carlitos, ir caminando a la escuela sin miedo. También me acuerdo de que para ir a la escuela atravesábamos los piletones de la antigua Serenísima y un tremendo basural, que por suerte ya no está, era horrible atravesarlo por el olor. En fin, la recuerdo siempre con amor e inocencia sin mirar tanto el resto de las cosas.
¿Cómo ves a Cañuelas hoy en día?
Cañuelas es una ciudad que sigue creciendo y que tiene muchísimo potencial. Cuando recorro la provincia veo que muchas localidades que enfrentan estancamiento o retrocesos por gestiones desordenadas, por ejemplo Lobos, Cañuelas logró sostener un camino de desarrollo. Eso se valora y también nos obliga a pensar a largo plazo.
Tenemos oportunidades enormes, especialmente en turismo, producción, servicios y por supuesto seguiremos luchando para que nuestra ciudad tenga su universidad. Sabemos que cualquier crecimiento tiene que ir de la mano del cuidado del ambiente y de la calidad de vida. Muchas ciudades que crecieron sin planificación hoy padecen inundaciones, cloacas colapsadas o problemas con el agua potable. Es un recordatorio de que no hay desarrollo posible si no es sostenible.
Por eso creo que es clave planificar con una mirada de 20 años, pensando en infraestructura, seguridad, tránsito y en cómo acompañamos a las familias que eligen vivir y trabajar en nuestra ciudad. Creo también que en esa planificación todos deberías ser parte, vecinos, instituciones, el mundo empresarial, sindical, todo el arco político, porque en definitiva es la ciudad que vamos a dejar para quienes eligen vivirla.
¿Cómo te imaginas la Cañuelas del futuro?
Primero me imagino una Cañuelas con universidad pública, veo una ciudad con un enorme potencial. Pero para que ese futuro sea realmente prometedor, necesitamos empezar hoy a pensar la ciudad que queremos dentro de 20 o 30 años. Eso implica planificar, construir consensos y tener claro que el desarrollo no se logra de un día para el otro, sino cuando todas y todos caminamos hacia el mismo horizonte.
El futuro puede ser muy bueno si somos capaces de trabajar con responsabilidad, cuidar nuestra naturaleza, generar reglas claras y priorizar siempre a la gente. Pero también puede ser un futuro difícil si nos dejamos llevar por el egoísmo, la improvisación o la falta de mirada estratégica.
En lo personal, creo que nadie puede hacer cosas buenas si no ama profundamente el lugar en el que vive y el trabajo que hace. Cuando entendemos que los roles públicos no son privilegios sino responsabilidades, aparece lo mejor de cada uno.
Tenemos que amar nuestra ciudad y transmitir ese amor. Solo así vamos a poder construir una comunidad de trabajo y planificación, capaz de identificar los desafíos y mejorar lo que haga falta para que Cañuelas siga creciendo de manera equilibrada, justa y sostenible.

