Explosión en el Polo Industrial: ¿existen factores de riesgo de contaminación en la zona?
El toxicólogo y coordinador del Comité de Bioseguridad y Análisis de Riesgo Fernando Cardini analiza la situación horas después del incendio y explosión en el Polo Industrial de Ezeiza. Su mirada y conocimiento sobre el tema son importantes para entender la magnitud de lo sucedido en el Distrito vecino.
Por Martín Aleandro
El pasado viernes cerca de las 21hs los ciudadanos cañuelenses vivimos una experiencia que seguro quedara guardada en nuestra memoria por un largo tiempo: sentimos una lejana explosión y segundos después la tierra vibrar. Como inmersos en una película de cine catástrofe inmediatamente comenzaron las cadenas de whatspapp y los llamados a familiares, en un principio la confusión fue general. Un video filmado desde la Autopsita Ezeiza-Cañuelas mostraba una gran lengua de fuego naranja que se elevaba en un cielo plomizo. Imagen aterradora que daba cuenta de una gran explosión en alguna de las empresas del Polo Industrial. Desde el Municipio, en alerta en post del cuidado de los ciudadanos, las directivas fueron quedarse en casa, cerrar las ventanas y evitar circular. La autopista fue cerrada inmediatamente y el Departamento de bomberos acudió al lugar. En esta primera instancia no se sabia si había victimas fatales o no, y qué magnitud tenía el incendio.

La terrible explosión generada por la combustión fue minutos después de comenzado el incendio, su lengua anaranjada iluminó el cielo dejándose ver a kilómetros de distancia, inclusive desde los altos edificios de la Capital Federal. Horas después, más de 70 dotaciones de bomberos intervenían para dominar la situación. Con las primeras luces del sábado el fuego se encontraba bajo control, sin embargo, una columna de humo negro seguía la corriente del viento que iba hacia el este. La pregunta que hoy sigue en boca de todos es: ¿qué daño ha generado en el ambiente? ¿hay tóxicos en el aire? ¿qué responsabilidad tiene el Estado en este tipo de accidentes donde la población se ve afectada?
Fernando Cardini es un toxicólogo reconocido y coordinador del Comité de Bioseguridad y Análisis de Riesgo, en una entrevista en Radio Con Vos el día después, la periodista Elizabeth Peer, indagó sobre estos temas de interés general. Levantamos parte de la nota para responder a las preguntas que circulan en nuestra población.
“Realmente fue una crisis muy grande en cuanto a la magnitud y la cantidad de empresas afectadas. Pensemos que una sola empresa afectada por un incendio o explosión ya implica una crisis que debe manejarse con análisis de riesgo: qué efectos puede tener en la población, en el ambiente, etc. Pero acá fueron más de diez empresas afectadas entre las que se incendiaron y las que sufrieron daños por la explosión. Fue un evento muy importante”.
“Lo más interesante, desde el punto de vista pericial, es determinar primero si fue un accidente o si se trató de un incendio y explosión premeditados. Algunas empresas podrían incluso tener alguna motivación económica, vinculada a seguros o cuestiones políticas. Iron Mountain aparece nuevamente vinculada a un episodio sospechoso. Una casualidad puede pasar, pero dos ya son causalidad”.
Respecto de eso que decías sobre esa empresa, lo que se indicó desde el municipio de Ezeiza es que el incendio no se inició en Iron Mountain, sino que allí se propagó.
“Exacto. Pero fijate que aparentemente se inició enfrente, en Logikem, que es una empresa de agroquímicos. La explosión surgió de Logikem porque muchos agroquímicos —como nitratos— pueden producir explosiones. Una explosión ocurre cuando hay un explosivo o combustible que, mediante fuego o alguna fuente eléctrica, desarrolla una combustión instantánea que genera la onda expansiva. La empresa más destruida, sin embargo, fue Iron Mountain, que quedó prácticamente arrasada”.
“El problema es que, en el caso de Logikem, se quemaron óxidos de nitrógeno —que ya son tóxicos por sí mismos— y, en el caso de Iron Mountain, aunque la combustión de papel y madera produce dióxido de carbono y agua (no tóxicos), el fuego se extendió a plásticos y bolsones de mil kilos de materiales de otras industrias. También se quemaron neumáticos, que todavía hoy siguen ardiendo. Eso genera una enorme cantidad de gases tóxicos cancerígenos”.
¿Y cuánto tiempo puede quedar ese humo contaminante en suspensión y afectar a quienes viven en Spegazzini o Ezeiza?
“Depende mucho del clima: temperatura, vientos, altura a la que asciende el humo. Durante las primeras 24 horas el viento fue de superficie, por eso la gente sentía ardor en la garganta y olores fuertes. Evidentemente estaban respirando sustancias tóxicas”.
“En un análisis de riesgo hay dos variables: el peligro (por ejemplo, cianhídrico, sulfhídrico, dioxinas) y la exposición (cuánto se expone la población). Con mediciones se determina el riesgo. Aquí hubo mucha exposición durante muchas horas”.
“Además, algunas sustancias permanecen en el ambiente y pueden generar lluvia ácida o depositarse en suelos. Estos efectos deberán estudiarse. Desde el punto de vista penal, también puede haber delitos contra la salud pública y el ambiente. Las pericias deberán determinar causas del incendio, de la explosión y si hubo intencionalidad”.
¿Por cuánto tiempo puede extenderse la crisis ambiental y sanitaria?
“Mientras siga saliendo humo, hay riesgo. Un humo blanco suele indicar combustión de madera o papel; es menos riesgoso. Pero aquí siguen quemándose neumáticos, que producen tóxicos peligrosos. Hay que medir continuamente y tomar decisiones: evacuar zonas, pedir a la población que mantenga ventanas cerradas, proteger a mascotas, etc. Algunos tóxicos irritan mucosas, pero otros son “silenciosos”: no se sienten, pero igual intoxican, sobre todo a personas con enfermedades respiratorias”.
En la zona hay varias lagunas y mucha gente con pozos de agua. ¿Es seguro consumir esa agua si caen cenizas?
“Las cenizas se depositan primero en tierra y luego permean hacia las napas. No es inmediato: puede tardar meses o años. Sustancias orgánicas como dioxinas suelen viajar por el aire y no depositarse tanto, pero los metales pesados —como plomo y cadmio de los neumáticos— sí van a llegar al suelo y luego al agua, solo con mediciones se puede saber. Si el agua se contamina, habrá que tratarla como se hace con aguas arsenicales”.
“Otra cuestión importante es si el Estado controla adecuadamente cómo se instalan las empresas y si estas cumplen normas de seguridad. Y además, si el Estado está preparado para reaccionar ante situaciones así. Lo que se vio el otro día fue mucho desorden”.
“Cuando se hagan las pericias, habrá que revisar empresa por empresa: qué protocolos tenían, si contaban con análisis de riesgo, si cumplían normas ambientales y de seguridad. No debería existir una empresa aprobada por la autoridad sanitaria o municipal sin los elementos básicos de seguridad. Probablemente algunas estaban “flojas de papeles”.
“Además, debe existir un trabajo conjunto entre Estado y empresas. Si una empresa produce medicamentos, alimentos o químicos, debe trabajar en coordinación con autoridades para que, ante un incidente, se proteja rápidamente a la población. No estamos exentos de accidentes, pero sí de la falta de preparación”.

