La fotografía como abrazo de fin de año: el Taller de la Sociedad Italiana cerró su ciclo con una emotiva exposición.

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Con una muestra cargada de sensibilidad, el Taller de Fotografía coronó un año de aprendizaje, encuentros y miradas compartidas en la Sociedad Italiana de Cañuelas.

En los últimos suspiros del año, cuando el calendario invita a los balances y la emoción se vuelve protagonista, el Taller de Fotografía de la Sociedad Italiana de Cañuelas celebró su cierre anual con una exposición que fue mucho más que una muestra: fue un recorrido por historias, instantes y sentimientos capturados a lo largo de todo el 2025.

El taller, que comenzó en mayo y se extendió hasta noviembre, reunió a vecinos y vecinas que encontraron en la fotografía una forma de expresión, de encuentro y de mirada atenta sobre lo cotidiano. El cierre llegó con la entrega de diplomas y la exhibición de los trabajos realizados durante la cursada, reflejo del crecimiento individual y colectivo del grupo.

“Estamos finalizando el año con mucha alegría. Culminamos con la entrega de diplomas y la muestra final con el trabajo del grupo de alumnos durante toda la cursada”, expresó el profesor y fotógrafo Miguel Martín.

Con emoción sincera, Martín destacó el clima humano que se fue construyendo clase a clase: “Siento mucha emoción por ver cómo el grupo fue creciendo, por la buena onda. No faltaron durante todo el año y eso nos dio una motivación especial”. Palabras que hablan de compromiso, pero también de vínculos que se fortalecieron detrás de cada cámara.

El docente, que a comienzos de año participó de una muestra internacional en la provincia de Tucumán, adelantó su deseo de continuidad: “La idea es repetir el taller. El espacio que nos cedió la Sociedad Italiana es fundamental, estamos muy agradecidos”. Una confirmación que renueva expectativas de cara al próximo ciclo.

A modo de cierre, Martín dejó una definición que resume el espíritu del taller y de la muestra: “La fotografía es una pasión. Cada foto es un acto reflexivo; a veces vuelco cosas que he vivido, que he aprendido, que he leído y que he soñado. En cada imagen hay una vivencia, cada foto es única e irrepetible”.

Así, entre luces, encuadres y emociones, el Taller de Fotografía de la Sociedad Italiana despidió el año dejando una certeza: que en Cañuelas, incluso en tiempos vertiginosos, siempre hay espacio para detenerse, mirar y sentir.