Rehabilitación cardiovascular: tratamiento integral de la depresión y la enfermedad cardiovascular.
“El reconocimiento de la interacción entre la depresión y la salud cardiovascular es esencial para mejorar los resultados y fomentar un enfoque multidisciplinario en la atención médica, que integre adecuadamente la salud mental y cardiovascular”, destaca Ignacio Dávolos, médico especializado del servicio de Cardiología del Hospital Cuenca Alta Néstor Kirchner.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares y los trastornos depresivos son las causas más frecuentes de discapacidad y afectan a 1 de cada 5 adultos durante su vida.
El doctor Ignacio Dávolos, médico cardiólogo coordinador de la unidad de Rehabilitación Cardiovascular del servicio de Cardiología del HCANK, señala en un trabajo de investigación, publicado en la revista de la Sociedad Argentina de Cardiología, que “existe una relación bidireccional entre ambas patologías ya que la depresión es un factor de riesgo para desarrollar ECV y empeora el pronóstico en pacientes con ECV, mientras que la ECV a su vez aumenta la incidencia de depresión y agrava su pronóstico”.
En su análisis el profesional subraya que “la depresión y las enfermedades cardiovasculares (ECV) son dos de las principales causas de discapacidad, que afectan la calidad de vida y aumentan los costos en salud”.
Los factores biológicos implicados en ambas patologías -comenta- incluyen la disfunción autonómica, la inflamación crónica y una mayor reactividad plaquetaria, para lo que recomienda la detección de la depresión en la consulta cardiológica, usando herramientas como el cuestionario de salud del paciente.
“El tratamiento debe ser integral, y combinar antidepresivos, psicoterapia, ejercicio físico y prácticas de mindfulness, de concentración y atención. Inicialmente centrada en el ejercicio, la rehabilitación cardiovascular (RCV) ha evolucionado para abarcar la modificación del estilo de vida, lo cual ha demostrado mejorar la depresión y el bienestar general en pacientes con ECV”, asegura Dávolos.
La depresión se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
Es una de las principales causas de morbilidad y mala calidad de vida entre los pacientes con ECV y también se considera un factor de riesgo independiente para los principales eventos cardiovasculares adversos
Por ello, resulta imprescindible conocer que la depresión es considerada un factor de riesgo para el desarrollo de ECV en individuos sanos, y en aquellos con diagnóstico de ECV implica peores resultados.
Los pacientes con depresión son más susceptibles de incurrir en conductas que deterioran la salud, tales como el tabaquismo, la inactividad física y una dieta inadecuada, lo cual, junto a una baja adherencia a las intervenciones terapéuticas recomendadas, potencia la progresión de la ECV y disminuye las probabilidades de recuperación.
La consulta cardiológica oportuna
En las últimas décadas, las guías de práctica clínica sobre prevención de la ECV sugieren que se debe detectar la depresión y que se debe ofrecer tratamiento a los pacientes con depresión clínicamente significativa.
“Es de buena práctica la detección sistemática de la depresión a través de un cuestionario validado, sin embargo -aclara Dávolos- la mayoría de los cardiólogos no cree tener un papel en la detección de la depresión en sus pacientes, y entiende que es responsabilidad de otra persona, como una enfermera, un programa de rehabilitación o el médico de familia”.
Al respecto señala que “la depresión suele reprimirse o suprimirse en el hospital debido a la negación inicial del afecto, motivo por el cual los pacientes deben ser examinados nuevamente para detectar depresión uno o dos meses después del evento agudo”.
Los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica tienen una frecuencia de depresión entre tres y cinco veces superior a la de la población normal, lo que se sugiere que todos estos pacientes deben ser examinados al menos una vez al año.
Tratamiento
Existe una serie de recomendaciones para estos pacientes que incluyen desde la aplicación de programas selectivos de actividad física, dieta saludable, higiene del sueño, control de exposición a pantallas, hasta meditación.
El abordaje de la depresión en adultos con ECV debería ser integral y contemplar todas las intervenciones psicoterapéuticas, psicosociales y farmacológicas que contribuyan a mejorar el bienestar y la capacidad funcional.
Un estudio estadístico que incluyó ensayos clínicos enfocados en intervenciones psicológicas y conductuales reveló que la psicoterapia se asocia con una reducción significativa de la mortalidad, hasta un 28% menor en comparación con los grupos de control, durante un periodo de seguimiento de dos años.
Asimismo, el ejercicio físico ha emergido como una terapia adicional eficaz contra la depresión en pacientes con ECV, ponderando de esta manera el rol de la rehabilitación cardiovascular.
Dávolos explica que “si bien inicialmente la rehabilitación cardiovascular (RCV) se introdujo como una intervención centrada en el ejercicio, posteriormente su alcance se amplió hasta convertirse en una intervención más integral en el estilo de vida, con el ejercicio como componente principal y cuatro elementos adicionales que incluyen modificación de la alimentación, manejo de los factores de riesgo, reducción del estrés y educación del paciente”.
Como conclusión de su trabajo de investigación publicado en la revista de la SAC, Dávolos indica que “es imperativo adoptar un enfoque multidimensional que incluya estrategias de evaluación y tratamiento de la salud mental en el contexto de la atención cardiovascular”.
“El reconocimiento de la interacción entre la depresión y la salud cardiovascular es esencial para mejorar los resultados y fomentar un enfoque multidisciplinario en la atención médica, y es allí donde la combinación de psicoterapia, antidepresivos, ejercicio físico y prácticas contemplativas, brindan mejor resultado a corto y largo plazo”, sintetizó Dávolos.