La indignación de los falsos Republicanos

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Por Raúl Ernesto Valobra

 Los amantes de la República viven momentos de honda tristeza, no es para menos, imagínense que las libertades y garantías individuales se han visto amenazadas por todas la políticas públicas de este gobierno, en términos políticos, sociales, sanitarios y económicos, teniendo como eje la pandemia, en un contexto mundial que nos impacta y modifica todo diseño previo, desechando la aplicación de la plataforma con la que se ganó la elección en el 2019.

Tampoco podemos desestimar en cada juicio de valor que se arribó a diciembre del 2019 en un default técnico, con un país prendido fuego, donde no había un solo indicador positivo, inflación, desempleo, endeudamiento, parte de un esquema perverso de fugas de capitales sistemático –timba financiera- que beneficiaba al mismo grupo de poder que nos gobernaba, que, además, recibió un bochornoso crédito internacional para garantizar su continuidad.

Los mismos que alentaron la llegada de Macri al gobierno, con todos los atropellos cometidos contras las instituciones de la República, hoy se rasgan las vestiduras en un cínico reclamo de las premisas constitucionales luego de consentir la violación a sus principios desde la primera semana de Macri, con el nombramiento por decreto de dos jueces de la suprema corte, como algo que iba a ser el antecedente más fiel de lo que significaría la degradación del poder judicial y su funcionalidad política.

Ellos, que pretenden endilgar los muertos del Covid-19 al gobierno pero que en el mundo consideran que son producto de la pandemia, se sintieron agredidos por este Estado que veló por la salud de todos, construyó hospitales, los equipó para hacer frente a lo que se vendría, llegando con la mayor desinversión de un gobierno democrático en materia de salud, sin ministerio, sin política sanitaria, dejando de lado hasta el plan de vacunación que el país tenía establecido.

Los falsos profetas proclaman sus derechos constitucionales, se declaran avasallados porque las políticas preventivas de este gobierno les impidieron pasear, viajar, la salidita a los shoppings, el café en la confitería, la cena con el vino caro de la ostentación, solo porque a Fernández se le ocurrió salvar las vidas de los argentinos, con las dolorosas restricciones y el cierre inicial a la circulación ciudadana para implementar en ese lapso: los hospitales de campaña.

Esta indignación selectiva los pone en evidencia, los delata en el intento de la utilización política de una tragedia mundial que ya se cobró 4 millones y medio de víctimas y contagió a 216 millones pero los obtusos de acá solo piensan en sus días de encierro, su disfrute restringido, encima se desplegó un espectacular plan de vacunación, hasta de la Pfizer, que los dejó sin otro argumento de ataque y muy pronto se llegará al total de la población, amortiguando el impacto del virus.

Nadie atravesó por esta pandemia sin dolor, sin haber sido golpeado, de un modo u otro, nadie fue feliz durante los duros meses de encierro con escasa actividad comercial pero nunca se tomó una sola medida que no privilegiara la salud de cada argentino y ese es el dato que omiten los republicanos a medias, esa es la variable determinante que no pronuncian, a la par de esto es bueno saber que Argentina proyecta un crecimiento económico del 8 % para este 2021 y no es casualidad.