Una ayuda para nuestros amigos de cuatro patas.

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Mirta Ayape lleva adelante la Asociación de Ayuda al Mejor Amigo (AAMA), dedicada al rescate y cuidado de perros, que funciona también como un hogar de tránsito en el barrio Las Cañitas. Y es que esta aguerrida mujer no extiende su ayuda exclusivamente a ellos: sí bien en la población de su canil priman los canes, con 57 bajo su cuidado, Mirta también tiene bajo su custodia a un caballo (llamado Hico), además de sus propias mascotas, a las que trata con igual amor que las criaturas que se encuentran bajo su amparo temporal.

“Para mí no es una obligación, es un deber”, explicó Mirta, y afirmó que, para ella, es incierto si la ayuda es dada a los animales, o si es recibida de ellos. Con una sonrisa, Ayape llegó a una conclusión: “Creo que es reciproca la cosa, porque estoy convencida que es el afecto más sincero que yo recibo”. Además de darle amparo a mascotas abandonadas, AAMA también extiende ayuda a dueños para castrar a sus animales, realiza ferias para la recaudación de fondos y recibe donaciones.

¿Qué es AAMA?

Es un hogar de perros sin dueño. Tenemos una población de 57, entran hechos pelota y acá se los recupera y castra. La mayoría está en adopción, pero hay otra parte de la población que no lo está por cuestiones de problemas de salud o de conducta en particular que, sinceramente, hemos intentado corregir, pero no me da tranquilidad darlos. Además, ayudamos a todo al que pide ayuda extra. No voy a tener nunca más de 60 animales en tránsito, ese es mi límite como persona, porque por el momento estoy sola para la atención diaria. De vez en cuando viene alguien a dar una mano, o los fines de semana están mi esposo o mi hija; pero me suele tocar todo sola: darles de comer, medicarlos… y no solo eso, en el campo se hace de todo. Hago corrales, curo algún perro lastimado que haya. El trabajo es bastante importante, pero por el momento me arreglo sola.

¿Por qué decidiste formar una asociación para esto?

AAMA es una asociación porque siempre hay que dejar las cosas claras para los demás y para uno mismo. Si hay alguien que me diga “bueno, yo no tengo a nadie, ¿podes cuidar mi perro?” y ya no lo puedo recibir yo, Mirta, la asociación sí puede, porque está pura y exclusivamente para los perros y para donaciones. Soy la encargada, y la responsabilidad de llevar adelante todo es mía solamente. El hogar está abierto al que se quiera hacer socio con una cuota mínima que, hasta el momento, sigue siendo de 500 pesos. Pueden donar todo lo que saquen de sus casas y consultar desde la página, siempre se necesita mano de obra.

¿Hay algún proyecto que estén llevando adelante?

Dentro de un mes calculo que acá en el campo vamos a empezar a hacer ferias con las donaciones que recibimos. Además, estamos recibiendo cualquier cosa que la gente pueda dar- ventanales, puertas, bigas- para colaborar con la construcción de una sala de atención para perros con quirófano, donde vamos a tener una guardia para cuidar a animales que estén jodidos y una peluquería.

¿Cuándo empezaste a ayudar a mascotas?

Siempre he estado en este rubro. Empecé cuando tenía 12 años cuando la perrera que andaba en aquellos años levanto mi perro y se lo quite; siempre me inculcaron en casa la protección del animal. En Bolívar fui encargada de un canil municipal, y acá en Cañuelas empecé en el 2015 cuando noté la cantidad de perros que había en la calle- que ahora son 10 veces más por falta de castraciones (se ríe).

¿Cuándo viniste a Cañuelas?

Vine en el ‘88. Arranque ni bien vine con mis amigos, pero después no me pude dar el lujo de dedicarme de lleno como ahora porque trabajaba bajo dependencia, entonces me faltaba independencia y los espacios. Me metí de lleno cuando me convertí en mi propia patrona en el 2015, con el kiosco que tenía.

¿Cuál es la parte más importante de esta labor?

Salvarle la vida a un perro. No importa si le salvo la vida a todos. Mejorarles la calidad de vida o salvar a perros que iban a ser sacrificados porque no podían caminar, eran ciegos, o agresivos para mí no es una obligación, es un deber. Aún hoy no sé si yo los ayudo a ellos o si ellos me ayudan a mí. Creo que es reciproca la cosa, porque estoy convencida que es el afecto más sincero que yo recibo- sin despreciar a nadie, porque tengo por suerte mucha gente que me quiere. La devolución de afecto de un animal es totalmente distinta, a ellos lo único que les importa que los ames y los respetes, entonces eso es lo que yo le debo al perro.

¿No te resulta cansador?

No. Para mí es muy importante hacerlo, y lo hago con gusto. Lo que no hago con gusto es soportar a las personas a veces cuando ocasionan molestias. Ojalá entrara en todas las cabezas que los animales deben estar castrados para frenar la población indiscriminada. Las hembras después de los 6 meses pueden castrarse, y los machos entre los 7 y 8. Le pido a la gente que no tire cachorros a la calle, pidan ayuda. Nosotros ayudamos con eso. Tomamos a los cachorros para su adopción, pero requerimos que se castre al macho y a la hembra. Me gustaría también que cada uno tenga a sus perritos dentro de su casa, en sus patios y alimentados. Si no se pueden hacer responsables de un animal, es preferible que no los tengan.

¿Qué es lo que más te gusta de esto?

Salvarles la vida, cambiárselas. Sé que no puedo ayudar a todos, pero cuando un perro viene triste, todo roto por fuera y por dentro, que ese perro me reciba moviendo la cola es algo grandioso, porque vos sabes que le salvaste la vida, y el perro también lo sabe.