«Fresco y Batata, los primeros nanosat\u00e9lites comerciales argentinos»

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En esta nueva entrega de «Crónicas del Futuro», Juan José Zapico nos acerca una columna sobre el lanzamiento de dos nanosatélites argentinos, un hecho muy reciente, local y que es muy interesante conocer.

 

Ph: Satellogic

 

El 30 de Mayo de 2016 fueron puestos en órbita los dos primeros nanosatélites comerciales argentinos, denominados Fresco y Batata, en alusión al tradicional postre argentino, y también como metáfora de su simplicidad de diseño. El lanzamiento se realizó desde una base espacial en China y fue totalmente exitoso. Cuarenta minutos después del lanzamiento las primeras señales de telemetría que se recibieron indicaban que estaban funcionando correctamente, según informara oportunamente Satellogic, la empresa argentina fundada por el emprendedor Emiliano Kargieman, que comenzó a trabajar en la idea de hacer nanosatélites comerciales con el objetivo de democratizar el acceso al espacio, hasta ahora reservado a grandes corporaciones y gobiernos que eran los únicos en poder afrontar los costosos proyectos satelitales tradicionales.

Un nanosatélite es un satélite de dimensiones, tiempos de desarrollo y costos muy inferiores a los de un satélite comercial tradicional, pero que al mismo tiempo es capaz de brindar similares tipos de servicios y prestaciones. Fresco y Batata pesan aproximadamente 35 kilos, y miden 80 cm de alto, 40 cm de ancho y 40 cm de profundidad. Un satélite tradicional suele pesar por lo menos una tonelada y tener las dimensiones de un automóvil.

Estos dos nanosatélites argentinos ofrecerán fotos de un metro de resolución mediante sus tres cámaras: una multiespectral, una hiperespectral y una infrarroja. Las imagenes satelitales de Fresco y Batata podrían utilizarse para monitoreo de cultivos, campos, infraestructura crítica para los gobiernos, medio ambiente y seguridad en la industria petrolera.

Estos satélites obtienen su energía mediante paneles solares y el control desde Tierra se hace desde estaciones terrenas que la empresa que los diseñó y construyó, Satellogic, tiene en Bariloche, en Tortuguitas y principalmente desde Svalbard (Noruega), cerca del Polo Norte. La elección de ésta última ubicación se debe a que estos satélites tienen una órbita polar (cruzan el espacio orbitando la Tierra pasando por los polos mientras el planeta está girando, lo que permite ir barriendo con sus cámaras la superficie global). Están orbitando uno detrás del otro a muy poca distancia entre sí, se desplazan a 27.000 km por hora en una órbita a 500 km de altura, dan una vuelta a la Tierra cada 93 minutos (15 vueltas a la Tierra por día) y pasan permanentemente dentro del alcance de la ubicación Noruega.

Éstos no son los primeros nanosatélites que Satellogic puso en el espacio. Antes de Fresco y Batata pusieron en órbita tres aparatos similares, que fueron sucesivos ensayos para validar la tecnología y la factibilidad técnica de hacer este lanzamiento comercial. Los anteriores nanosatélites se llamaron Capitán Beto (lanzado el 26 de abril de 2013), Manolito (lanzado el 21 de noviembre de 2013) y Tita (el 20 de junio de 2014).

ÑUSAT-1 y ÑUSAT-2 (los nombres técnicos de Fresco y Batata) son los primeros de una constelación de 25 nanosatélites denominada Aleph, que funcionarán de manera conjunta con el objetivo de poder observar cualquier punto del planeta con una frecuencia mayor a la de cualquier tecnología disponible hoy en día. Mediante esta red satelital de bajo costo, el tiempo necesario para revisitar una ubicación y volver a obtener una imagen satelital de la misma será cuestión de minutos, en lugar de días, lo cual significa que tendrá la capacidad potencial de monitorear cualquier lugar en tiempo casi real. Durante la primera etapa del armado de la constelación Aleph, Satellogic tiene previsto agregar 6 satélites que acompañen a Fresco y Batata el próximo año.

Las primeras seis semanas de funcionamiento van a dedicarse a realizar un control de altitud de los satélites, a la calibración de sus cámaras y a la puesta a punto de todos los sistemas necesarios para entregar datos a clientes. Luego de ese período ya estarían en condiciones de proveer servicios, en los cuales ya hay al menos 10 empresas interesadas.

Finalmente, cabe destacar como dato adicional respecto de la importancia de los niveles de desarrollo de la ciencia y tecnología argentina, que en ambos satélites se está transportando una memoria diseñada especialmente por el grupo LabOSat del INTI para funcionar en ambientes hostiles (como sucede en este caso, ya que deben en el espacio deben soportar fuertes niveles de radiaciones). Desde este organismo se estarán analizando los datos que envíen las placas con esas memorias cuando los satélites completen el encendido de todos sus sistemas.