“Si la seño no les da agua no es de mala, es que no alcanza”

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Un informe alerta sobre la gravísima situación en los comedores escolares del distrito, y especialmente en la localidad de Máximo Paz. Cuántos cupos alimentarios provee el Consejo Escolar y cuántos niños quedan sin asistencia. Dramáticos testimonios.


Foto: ilustrativa


Hace apenas dos semanas, la Fundación Conin –presidida por el inefable Abel Albino, el mismo que el año pasado dijo en el Congreso Nacional que los preservativos no sirven para proteger del virus del Sida– recorrió la localidad de Máximo Paz con una unidad pediátrica móvil. El objetivo de Conin –que sólo en los primeros tres años de la gestión de Macri recibió más de 100 millones de pesos de subsidios del gobierno nacional- es detectar en la localidad cañuelense casos de desnutrición en niños y embarazadas.

Sin embargo, un informe presentado la semana pasada por varias agrupaciones políticas y sociales nucleadas en el colectivo “Red de Mujeres y Géneros Disidentes” demostró que no hace falta tanta pompa para advertir la gravísima situación que atraviesa la localidad de Máximo Paz.

El informe fue leído en el Congreso Nacional por la docente jubilada Lucía Soria, integrante del Movimiento Nacional Alfonsinista, en el marco de la audiencia pública convocada por el Frente por una Niñez protegida, durante la cual se reclamó por el “pleno cumplimiento” de la Convención de los derechos de los Niños y la Ley 25724, que establece el Programa de Nutrición y Alimentación Nacional y la actualización de la AUH.

La consigna, repetida durante varios momentos a lo largo del plenario fue “El hambre no puede esperar”. “Desde Cañuelas, se elaboró un diagnóstico  de la realidad  económica y social  del distrito y un relevamiento de la problemática alimentaria emergente de nuestras  instituciones  escolares”, explicaron.

Soria reprodujo en su exposición fragmentos de relatos que recogió entre algunos de sus colegas, directores, docentes, padres y sobre todo responsables y voluntarios de comedores. Algunos, son estremecedores:

  • Recibí tres tapas de pascualinas, dos pollos, tres latas de choclo, para ciento cincuenta chicos para el menú. Esto lo recibimos el día de hoy, bajo la supervisión del Consejo Escolar
  • “Fue un día triste, tuve una reunión en el jardín adonde va mi nena. La seño, con un nudo en la garganta, nos dijo: nos recortaron todo, desde el papel higiénico hasta el agua. Si llegan los nenes a casa diciendo la seño no me da agua, no es porque es mala, solo no le alcanza.”
  • “Cuando un chico viene al comedor, es porque no tiene para comer en su casa. Cuando un chico  te viene a pedir algo para cocinar a las nueve de la noche, es porque no tiene para comer. Si no le pude dar nada, esa noche no duermo. Mi sueño sería que los chicos coman en su casa con su familia, como corresponde, pero no tienen y tienen que venir a un comedor comunitario.”
  • “Hoy la dire nos contó el plan nutricional para los nenes, media taza de leche, dos galletitas, una rodaja de manzana; no nos va a alcanzar porque los pibes comen un montón. Me volví llorando del jardín”
  • “Durante el día recibí a siete padres pidiendo un lugar en el comedor. Les tuve que decir que no, que no tengo cupos, que me mandaron menos que los chicos que tengo sentados. Quién soy yo para decirle a un papá NO, que vienen con la cabeza gacha, apenas animándose a hablar, contando que no tienen trabajo, que no les alcanza, que tienen muchos chicos y que un plato de comida les ayudaría a pasar el día.”

Desde la Red de Mujeres y Género Disidente hicieron hinicapié en que esta situación se vive en Máximo Paz, una localidad donde la explosión demográfica hizo que la población se duplicara en los últimos 10 años.

En su informe hicieron notar que “los pocos servicios educativos creados son insuficientes y la unidad sanitaria, la mayoría de los días no tiene médicos que cubran las 24 horas, y mínima atención pediátrica semanal”.

De acuerdo al relevamiento, hay en la localidad 540 niños entre 3 a 5 años distribuidos en cuatro jardines. Las raciones suministradas por el Consejo Escolar –aseguran- sólo son 210.

En el caso de los niños de escuelas primarias (6 a 11 años) el Estado provee 484 raciones de comedor y 991 de desayuno o merienda para 1891 estudiantes.

En edad secundaria, hay 671 jóvenes adolescentes, y sólo hay 150 raciones para desayuno, merienda y comedor.

Paralelamente funciona una red de merenderos municipales (son 8 y atienden a 360 niños), de la CTEP (12 merenderos que reciben diariamente a 1.100 niños) y un comedor nocturno de una ONG al que asisten 50 niños. Más los 20 niños que la Fundación Conin recibe en la ludoteca.


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